Publicado 4 de octubre de 2022 en Deporte, Novedades, Nutrición, Vida saludable por Constanza Ramirez
En los últimos años hemos escuchado la palabra “tiroides” muchas veces, pero ¿realmente sabemos que es? En Perú, aproximadamente el 10% de la población en general padece de un trastorno de la tiroides, 1 de cada 10 personas tiene tendencia a desarrollar algún desorden; y entre 6 a 9 mujeres peruanas, por cada hombre, desarrolla alguno de estos trastornos.
Te contamos lo que debes saber y cómo una alimentación saludable puede contribuir a una alimentación sana.
La tiroides es una glándula que está ubicada en la parte central del cuello con una forma de mariposa. Su función es la producción y liberación de hormonas tiroideas T3 y T4 que tiene una importante participación en el crecimiento, mantenimiento de la mayor parte de las funciones corporales y en la regulación del metabolismo.
Hay una gran serie de enfermedades relacionadas a la tiroides, pero las más frecuentes son el hipertiroidismo, hipotiroidismo, tiroiditis y los nódulos tiroideos.
La tiroides utiliza el yodo para fabricar sus hormonas, por lo que es importante aportar cantidades suficientes de yodo mediante la dieta para tener un buen funcionamiento de la glándula y una correcta secreción de dichas hormonas.
Lo recomendable es que se consuma 150 mg de yodo al día, esto se puede obtener de manera fácil con la sal yodada y con la ingestas de pescado, mariscos, huevo y productos
lácteos. También se recomienda potenciar el consumo de alimentos ricos en fibra, vitaminas y minerales como los vegetales, hortalizas, legumbres y frutas. Al igual que evitar bebidas azucaradas y grasas saturadas. Esto es más que todo en casos de hipotiroidismo.
En casos de hipertiroidismo, como la mayoría de los pacientes sufren de pérdida de peso involuntaria, lo que se busca es evitar esta pérdida de peso y ayudarlos a mantener un peso estable y saludable con el incremento del consumo de alimentos con alta densidad energética y proteica como por ejemplo hubo, lácteos enteros, carnes magras (pollo, pavo, cerdo), grasas saludables (aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos), y no se puede dejar de lado el consumo de frutas y verduras.